miércoles, 30 de septiembre de 2009

Libretas manchadas

Nota de un día: Un periodista es asesinado en su oficina.

Un grupo de sujetos armados irrumpe en las instalaciones de un periodico y abre fuego contra un hombre que se dispone a escribir su columna... O transmitir en radio,tal vez llevar la nota a redacción, tomaba su café temprano, o igual fumaba un cigarrillo.

Es nota de un día, no del día, México se ha convertido en el país más peligroso para ejercer el oficio de la letra que informa.

Manuel Buendía, periodista reconocido en la década de los ochentas, quedó tendido sobre una banqueta de la avenida Insurgentes tratando de llegar a su máquina de escribir para vaciar una nota que hablaba de corrupción del gobierno federal. Un tiro por la espalda, sangre tibia y carmesí escurriendo, un charco rojo y un cuerpo sobre él es el legado impune que heredo a un país maltrecho.

Botas, pasos, una ráfaga de AK- 47, un grito, sangre y más sangre, la amenaza y burla de los verdugos, una bocanada desesperada por tomar aire, risas, miedo, el tiro de gracia, el cadáver tendido sobre el teclado, sangre... La huída de los matones y la llegada de la muerte, no ha sido tan romántica como salió en el noticiero matutino, la chica rubia de la TV anunció la nota de un día, la frase hecha que vende:

"Otro colega periodista es asesinado"

Ahora el café en la oficina de prensa tiene un sabor amargo, un gusto a papel lija en el momento en que lo tragas, vinagre en las entrañas ulceradas por tantos cigarrillos en el día.

Las voces no se alzaron por la mujer asesinada y ultrajada que fue abandonada en medio de un callejón solitario y oscuro, sí, ahí donde a menudo vigilan los policías; tampoco por el hombre que perdió la fe y decidió crear una cuerda con serpientes amarillas y rojas para después usarla como collar en su suicidio.

Nadie alzó la voz por aquel pobre diablo soñador que se obligó a ser idealista, que murió con plomo en la cabeza, escurriendo impunidad, sesos y sangre, chorreó un teclado y dejo al fin una libreta manchada con tinta de vida.